Ansiedad y estrés
La ansiedad es una parte de la existencia humana, todas las personas sienten un grado moderado de la misma. Tiene una función activadora y facilitadora de la capacidad de respuesta del individuo, concibiéndose como un mecanismo biológico adaptativo de protección y preservación ante posibles daños. Si bien la ansiedad destaca por su cercanía al miedo, se diferencia de éste en que, mientras el miedo es una perturbación cuya presencia se manifiesta ante estímulos presentes, la ansiedad se relaciona con la anticipación de peligros futuros e imprevisibles (1).
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ToggleCuando la ansiedad supera un límite hablamos de trastornos de ansiedad. Se diferencian de los sentimientos normales de nerviosismo o ansiedad, en que hay una respuesta excesiva ante estímulos que no deberían desencadenarla. Estos trastornos incluyen el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), el trastorno de ansiedad social (TAS) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Tanto el TEPT como el TOC ya no se clasifican como trastornos de ansiedad, pero la ansiedad excesiva es una pieza fundamental en el desarrollo de ambos (2).
Los trastornos de ansiedad son situaciones patológicas que deben ser tratadas por un profesional especializado. Se nombran aquí porque como veremos más adelante, muchos de los estudios sobre el cannabidiol (CBD) en el tratamiento de la ansiedad, se han realizado con pacientes que sufren estas patologías.
El estrés supone un hecho habitual en la vida del hombre ya que cualquier individuo, con mayor o menor frecuencia, lo ha experimentado en algún momento de su existencia. Tener estrés es estar sometido a una gran presión. Se trata de un proceso adaptativo y de emergencia y es imprescindible para la supervivencia de la persona. El estrés puede aparecer en situaciones negativas, como la muerte reciente de un ser querido o la pérdida del trabajo, pero también en situaciones positivas, como cambiar de casa o ascender laboralmente. El estrés es claramente diferenciable del concepto de ansiedad, al considerarlo como el resultado de la incapacidad del individuo frente a las demandas del ambiente, mientras que la ansiedad se entiende como una reacción emocional ante una amenaza (1).
La respuesta de estrés experimentada en periodos cortos y con una reactividad fisiológica controlada puede tener efectos positivos en el individuo, pero su prolongación en el tiempo puede generar estragos en la salud (3).
Para Gordon (4) se experimenta estrés bueno cuando se limita a periodos breves de tiempo y el episodio acaba con sensación de logro, alegría y dominio, como cuando se habla en público por primera vez y se consigue una respuesta positiva de la audiencia. El estrés malo es prolongado, emocionalmente extenuante y/o físicamente agotador y puede causar: fatiga crónica, insomnio, ansiedad y confusión entre otros síntomas.
¿Qué es el CBD y por qué puede ayudar con la ansiedad y el estrés?
El CBD es uno de los muchos fitocannabinoides presentes en la planta Cannabis. Los más conocidos y estudiados son el THC (tetrahidrocannabinol), que es el componente psicoactivo de la planta, y el CBD que carece de este efecto y que puede aportar múltiples beneficios. Entre sus propiedades médicas destacan: efectos antitumorales, cualidades neuroprotectoras, propiedades analgésicas, efectos ansiolítico y antidepresivo, es también anticonvulsivo, antioxidante, antiseborreico y antiacné, y además puede actuar neutralizando la intoxicación por THC y sus efectos secundarios (4).
															Mecanismos de acción generales (sistema endocannabinoide)
El sistema endocannabinoide (SEC) está formado fundamentalmente por los receptores cannabinoides (CB1 y CB2), los cannabinoides endógenos (eCB) que son la anandamida (AEA) y el 2-araquidonoilglicerol (2-AG), y las enzimas que forman y degradan a los eCB. El receptor CB1 es abundante en diferentes regiones cerebrales, mientras que el CB2 se encuentra sobre todo en tejidos inmunitarios, células inflamatorias y, en cantidad mucho menor, en el cerebro (5).
Las principales funciones en las que actúa el SEC están relacionadas con comer, influye en el apetito y en otras muchas funciones metabólicas relacionadas con la comida. Dormir, interviene en los ciclos sueño/vigilia. Descansar, influye en la capacidad del sistema nervioso para relajarse. Proteger, prepara al sistema inmunitario contra invasores externos y amenazas internas y olvidar, el SEC ayuda al cerebro a procesar episodios traumáticos y a superar el estrés. En general, podría decirse que ayuda a mantener el equilibro y la estabilidad en distintos niveles de nuestro cuerpo (4).
El THC como la AEA, se unen o acoplan a los receptores CB1. El THC unido a estos receptores provoca una intoxicación llamada “efecto psicotomimético” (sensación de estar colocado). El 2-AG, nuestro endocannabinoide, suele preferir los receptores CB2. El THC también se fija a receptores del sistema inmunitario en respuesta a lesiones o inflamaciones actuando como un antinflamatorio natural. El CBD se une débilmente a ambos receptores CB1 y CB2, y ejerce la mayoría de sus funciones a través de otros canales (4).
Participación del SEC en la depresión, la ansiedad y el estrés
Las perturbaciones del SEC influyen en la depresión, la ansiedad y la respuesta al estrés. Hay evidencia del papel importante del sistema endocannabinoide en la regulación de trastornos del estado de ánimo, y está vinculada a su amplia presencia a lo largo de diferentes estructuras cerebrales involucradas en la regulación del estado de ánimo, emoción y recompensa (5).
Según Gordon (4) aunque falta mucho para entender exactamente cómo actúa el SEC en la modulación del estado de ánimo, se ha demostrado que es fundamental su participación en la condición anímica y regulación emocional, por otro lado se sabe que su desregulación está implicada en trastornos de ansiedad, depresivos y en otras alteraciones mentales.
El CBD puede disminuir el metabolismo/captación de la AEA, y por tanto podría actuar a través de este sistema (6). El CBD inhibe la ansiedad asociada al THC porque antagoniza la activación del receptor cannabinoide CB1, pero el CBD también puede reducir la ansiedad actuando a través de otros receptores. Estas vías receptoras se están explorando con la esperanza de encontrar nuevas estrategias de tratamiento para las fobias, trastornos de estrés y abuso de drogas (7).
¿El CBD es bueno para la ansiedad?
Beneficios del CBD para la ansiedad
Numerosos estudios ponen de manifiesto el potencial terapéutico del CBD en la ansiedad, resumiremos aquí algunos de ellos.
Se estudiaron los efectos de una prueba de simulación de hablar en público, en 12 sujetos de control sanos, y en 24 pacientes (divididos en dos grupos de 12) con trastorno de ansiedad social generalizada (TAS) sin tratamiento previo. El grupo control realizó la prueba sin recibir medicación. Los pacientes tomaron una dosis única de 600 mg de CBD o placebo, una hora y media antes de la prueba. El diseño fue aleatorizado y doble ciego (ni los participantes ni los investigadores sabían qué tratamiento habían tomado hasta finalizado el estudio). Se valoraron calificaciones subjetivas mediante escalas, y medidas fisiológicas. El pretratamiento con CBD redujo significativamente la ansiedad y la incomodidad para hablar en los sujetos con TAS, que mostraron resultados similares a los sujetos del grupo control sanos. El grupo que había tomado placebo, presentó mayores niveles de ansiedad e incomodidad para hablar en comparación con el grupo control, esto era previsible ya que el miedo a hablar en público es una manifestación fundamental del TAS. Aunque las medidas fisiológicas no mostraron diferencias significativas entre los grupos, el informe de síntomas percibidos fue mayor en los pacientes que tomaron placebo respecto al grupo que tomó CBD. Se concluyó que los efectos de una dosis única de CBD frente a uno de los principales estímulos fóbicos del TAS, constituyen un indicio prometedor, aunque es deseable y oportuno realizar más investigaciones (8).
Otro estudio valoró el efecto del CBD en la ansiedad y los trastornos de sueño, en una clínica psiquiátrica. Se puntuaron el sueño y la ansiedad utilizando instrumentos validados, al inicio y después del tratamiento con CBD. La muestra final consistió en 72 adultos que presentaban ansiedad (47) o falta de sueño (25). A la mayoría se les administró 25 mg/día de CBD en cápsulas. Si predominaban los síntomas de ansiedad, la dosis se administraba por la mañana. Si predominaban los síntomas de insomnio, la dosis se tomaba cada noche. Unos pocos pacientes tomaron 50 mg/día o 75 mg/día de CBD. Las puntuaciones que valoraban la ansiedad disminuyeron durante el primer mes en un 79,2% de los pacientes y se mantuvieron bajas durante la duración del estudio. Las puntuaciones de sueño mejoraron durante el primer mes en el 66,7%, pero fluctuaron con el tiempo. El CBD fue bien tolerado por todos los pacientes excepto por tres. Se concluyó que el cannabidiol puede ser beneficioso para los trastornos relacionados con la ansiedad, aunque sería necesario un seguimiento a largo plazo (9).
Han et al. (10) revisaron los resultados de diversos estudios independientes para verificar los efectos del CBD sobre la ansiedad, y encontraron que se producían reducciones estadísticamente significativas de los síntomas de ansiedad en diversos trastornos de ésta. En particular, el CBD podría ser eficaz para reducir los síntomas de ansiedad asociados con el trastorno afectivo estacional y el trastorno de ansiedad social. Además el CBD demostró tener menos efectos secundarios que otros fármacos usados en estas patologías. El CBD no solo tiene un potencial muy bajo de interacciones fatales con el alcohol y los opioides, sino que también es menos probable que se abuse de él que de las benzodiacepinas.
Masataka (11) evaluó la eficacia del tratamiento con CBD en 37 jóvenes con trastorno de ansiedad social (TAS). Se dividieron en dos grupos de 17 y 20 sujetos que recibieron 300 mg de CBD puro o placebo, diariamente durante 4 semanas. Fue un estudio doble ciego (ni los participantes ni el investigador conocían el tratamiento recibido hasta terminado el trabajo). Los síntomas del TAS se valoraron al inicio y al final del tratamiento mediante dos escalas. El CBD disminuyó significativamente la ansiedad, medida por ambas escalas, frente al grupo que tomó placebo. Los resultados indicaron que el CBD podría ser una opción útil para tratar la ansiedad social. En un estudio similar, donde los pacientes recibían tratamiento con un antidepresivo, se informaron resultados equivalentes, en las puntuaciones de las escalas de valoración, a las obtenidas por el CBD en este estudio, aunque, indican los autores que los grupos de tratamiento en ambos trabajos no fueron estrechamente compatibles. Claramente deberían realizarse investigaciones futuras sobre la posible utilidad del CBD en la terapia de estos trastornos.
Freeman et al. (12) pusieron de manifiesto en su estudio, con 34 sujetos que cumplían los criterios de trastorno adictivo por cannabis, que 400 mg y 800 mg de CBD, fueron seguros y más eficaces que el placebo para reducir el consumo de cannabis.
CBD, ansiedad y depresión
Wieckiewicz et al. (13) dada la popularidad del CBD en el tratamiento de la depresión (en un solo día el motor de búsqueda de Google arrojó 6.370.000 resultados para el término «tratamiento de la depresión con CBD»), decidieron investigar el fenómeno del uso de CBD para el autotratamiento de los síntomas depresivos. Se realizó una encuesta en Internet y finalmente se valoraron 90 cuestionarios que se habían completado. En los resultados encontrados destacaba que, un 69% lo había comenzado a usar para mejorar su estado de ánimo depresivo. Solo el 19% de los encuestados consultó a un médico o farmacéutico, y un 51% no informaron a sus psiquiatras habituales sobre el uso de CBD. Un 59% consumían CBD a diario. La mayoría de los encuestados (86%) dijo que se sentían mejor después del tratamiento con CBD. Los encuestados compraron CBD con mayor frecuencia en Internet, y la forma más común de consumo fue el aceite de CBD. Un 88% contestó que preferiría tomar CBD a un medicamento recetado por un psiquiatra. El 93% de los encuestados no observó efectos negativos tras el consumo de CBD. Los autores relatan que no existen suficientes datos para confirmar o descartar de forma concluyente la afirmación de que el CBD es útil para tratar la depresión. Concluyen que debido al interés público, existe la necesidad de educación e investigación sobre la eficacia y seguridad del uso de CBD para estos trastornos.
Gulbransen et al. (14) valoraron distintos aspectos en pacientes a los que se les prescribía aceite de CBD, (en Nueva Zelanda desde el 2017 los médicos pueden recetar CBD). Se completó el seguimiento de 253 pacientes que durante un año acudieron a la consulta en busca de recetas de CBD. Los resultados incluyeron mediciones de calidad de vida, al inicio y después de 3 semanas de uso, satisfacción informada por el paciente, incidencia de efectos secundarios, y dosis de CBD ajustadas por el paciente. El médico había recomendado una dosis de al menos 100 mg/día. Los pacientes notificaron una mejoría en la escala que describía la calidad general de la salud. Se informaron mejoras en el dolor no oncológico y en los síntomas de depresión y ansiedad. No hubo efectos adversos importantes. No se encontraron asociaciones entre la dosis de CBD tomada y el beneficio informado por el paciente.
Opiniones de usuarios sobre el CBD para la ansiedad y el estrés
Moltke y Hindocha (15) realizaron una encuesta “on line” a 387 usuarios de CBD para conocer los patrones de uso, la dosis y los efectos autopercibidos. Los consumidores informaron que las cuatro principales razones para el uso de CBD fueron: la ansiedad (42,6%), los problemas de sueño (42,5%), el estrés (37%) y, la salud y el bienestar general (37%). Entre los que respaldaron su uso para la ansiedad, en respuesta a la pregunta: «¿cómo afecta el CBD a sus niveles de ansiedad?», un 86,5 % respondió que se sentían menos ansiosos. Más de la mitad de los usuarios tomaban una dosis diaria inferior a 50 mg, y el 72,6% utilizaba aceite de CBD por vía sublingual. Los encuestados que tomaban CBD, para la ansiedad y el estrés autopercibidos, lo hacían varias veces al día, y los que lo usaban para dormir lo tomaban por la noche. Un 71% de los encuestados no experimentó ningún efecto secundario, un 11% notaron sequedad de boca y 3% sufrieron fatiga. Casi el 70% de los usuarios había estado usando CBD durante menos de 1 año. Solo el 4,1% lo había tomado durante más de 5 años, esto refleja que el CBD es un fenómeno relativamente nuevo y de interés creciente.
Otro estudio reclutó una muestra de 2409 sujetos a través de redes sociales, que realizaron una encuesta “on line” diseñada para identificar quiénes, cómo y porqué consumían CBD. Casi el 62 % de los usuarios de CBD dijeron usarlo para tratar una afección médica. Las tres afecciones médicas más comunes fueron dolor, ansiedad y depresión. En general, el método más usado fue el aceite de CBD por vía sublingual. Casi el 36% de los encuestados indicó que el CBD trataba sus afecciones médicas «muy bien por sí solo», mientras que únicamente el 4,3% respondió «no muy bien». El 75,85% de los encuestados afirmó conocer el CBD a través de Internet, familiares o amigos (7).
CBD y estrés: ¿cómo actúa y por qué puede aliviarlo.
CBD para el estrés
Según Gordon (4) el estrés crónico nos mantiene en modo “lucha o huida” y esto puede llegar a modificar físicamente zonas cerebrales. Se puede ayudar a restablecer el equilibrio cerebral modulando nuestro sistema endocannabinoide mediante el CBD, lo que mejorará la respuesta al estrés. El eje hipotalámico-hipofisario-suprarrenal es la vía principal controlada por el cerebro para liberar hormonas del estrés como el cortisol, y el SEC está implicado en la regulación de este eje a nivel cerebral.
En una encuesta “on line” a 387 usuarios de CBD para conocer los patrones de uso, la dosis y los efectos autopercibidos, un 37% de los sujetos que lo tomaba lo hacía para mejorar el estrés. El 72,6% tomaba aceite de CBD por vía sublingual. Los encuestados que usaban CBD para la ansiedad y el estrés autopercibidos lo tomaban varias veces al día (15).
¿Cómo tomar CBD para la ansiedad y el estrés?
Aceite CBD, gotas de CBD para la ansiedad y el estrés
Las gotas de aceite de CBD para la ansiedad y el estrés, son la forma más utilizada de consumo en los distintos estudios revisados (4, 7, 13, 15). Gordon (4) recomienda que el aceite de CBD sea de espectro completo para aprovechar las propiedades de todos sus componentes.
En nuestra web puede encontrar aceite de CBD Full Spectrum con distintos porcentajes de CBD.
Flores de CBD para la ansiedad y el estrés
La inhalación de las flores de CBD fumadas o en vapeador, puede aliviar la ansiedad y el estrés. Según Gordon (4) las variedades que contienen mayores cantidades del terpeno D-Limoneno tienen efectos tanto ansiolíticos como antidepresivos y disminuyen el estrés.
En nuestra web puede encontrar flores y resinas de CBD de distintas variedades.
¿Qué cantidad de CBD se recomienda para la ansiedad?
Las dosis de CBD para la ansiedad, utilizadas en los distintos estudios, varían notablemente de unos a otros, pero debe tenerse en cuenta que la mayoría de ellos son estudios clínicos, y que si la dosis no la prescribe un profesional, lo más sensato es comenzar con dosis pequeñas, e ir aumentando lentamente hasta conseguir los efectos deseados, tal y como sugieren algunos autores.
Gordon (4) recomienda comenzar con una dosis de 10 mg de CDB en 3 tomas al día, un total de 30 mg, y mantener esta dosis durante 1 o 2 semanas. A los 15 días evaluar la ansiedad, si se necesita, aconseja subir la dosis 5 mg en la toma en la que se considere necesaria, por ejemplo, si la ansiedad aumenta por la tarde, se tomarán 5 mg más en la dosis del mediodía. Si se llega a 60 mg día de CBD, se puede dejar esta dosis unas semanas, ya que en algunas personas la mejoría puede demorarse. No hay una dosis específica que funcione para todo el mundo, la clave está en el autoajuste.
Rios et al. (2) iniciaban también la terapia con dosis bajas. Comenzaban con entre 5 y 20 mg por día, y posteriormente la dosis se iba aumentando lentamente hasta que se observaban efectos beneficiosos sin la aparición de efectos secundarios. La dosis máxima en algunos pacientes llegó a 80 mg/día.
Gulbransen et al. (14) recomendaban a sus pacientes una dosis de al menos 100 mg/día, aunque finalmente los pacientes eran los que la autoajustaban aumentándola o disminuyéndola según los efectos percibidos.
Zuardi et al. (16) estudiaron si el efecto ansiolítico del CBD en humanos, seguía el mismo patrón de curva dosis-efecto en forma de U invertida observada previamente en estudios con animales. Se asignaron 60 sujetos sanos aleatoriamente, a cinco grupos que recibieron: placebo, benzodiacepina (1 mg), y CBD (100, 300 y 900 mg) en capsulas de gelatina. Tanto el investigador como los participantes desconocían el contenido (doble ciego). Los sujetos fueron sometidos a una prueba de hablar en público en una situación real, que para cada sujeto ocurrió a las 2 horas y 30 minutos de la toma. Se midió la ansiedad mediante escala y medidas fisiológicas. En cada sesión se valoraron cuatro tiempos: dos previos a realizar la prueba de hablar en público, durante la prueba, y post-habla. En la dosis de 300 mg, el CBD disminuyó significativamente la ansiedad subjetiva en comparación con el grupo placebo. Sin embargo, no sucedió lo mismo con una dosis menor (100 mg) o mayor (900 mg) de CBD. El efecto ansiolítico del CBD siguió una curva de respuesta en U invertida. La dosis ansiolítica de CBD (300 mg) indujo un nivel de sedación significativamente menor que la benzodiacepina. Es una ventaja que debe destacarse, ya que la sedación y el deterioro de la coordinación motora se encuentran entre los efectos adversos más comunes de las benzodiacepinas, además de la posible dependencia y los síntomas de abstinencia, efectos secundarios que no se han observado con el uso de CBD.
¿Cuánto tarda en hacer efecto el CBD?
La rapidez del efecto depende del método de administración. El efecto es más rápido tras la inhalación con las flores y resinas de CBD fumadas o en vapeador. A su vez la vía sublingual es más rápida que la vía oral. Hay que tener en cuenta que aunque el aceite se coloque debajo de la lengua, todo no se absorberá por la vía oromucosa, y parte se tragará para ir a la vía digestiva, pero aunque la biodisponibilidad final sea menor a la esperada, también puede beneficiar que parte del aceite llegue al intestino, e interactúe con receptores a nivel de la pared intestinal antes de ser absorbido (4).
¿Tiene el CBD efectos secundarios?
No se han descrito efectos secundarios significativos, pero pueden presentarse: diarrea, somnolencia y disminución del apetito, como los más comunes encontrados en los ensayos clínicos realizados en niños que tomaban CBD para la epilepsia (13, 17).
En una encuesta “on line” llevada a cabo por Moltke y Hindocha (15) en 387 usuarios de CBD, como efectos adversos tras su consumo, un 11% de los sujetos relataron sequedad de boca y un 3% sufrieron fatiga.
También es interesante destacar que el CBD es un potente inhibidor competitivo de algunas enzimas, aumentando el riesgo de interacciones farmacológicas cuando se administra junto con otros medicamentos que van a ser metabolizados por estas enzimas (17). Entre esos fármacos se encuentran algunos antifúngicos y antibióticos (13). Si se toman otras medicaciones es mejor consultar al médico antes de tomar CBD para evitar estos problemas.
¿Es legal el consumo de CBD?
Según el reglamento de la Unión Europea: “Las superficies dedicadas a la producción de cáñamo solo serán hectáreas admisibles si las variedades utilizadas tienen un contenido de tetrahidrocanabinol no superior al 0,2% (18).
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) subraya que el cultivo de cáñamo que cumple las estrictas condiciones de la UE, no puede prohibirse en ningún Estado miembro, ya que ello contravendría la legislación de la UE (19).
El uso de cannabis con fines medicinales es legal en Grecia, Italia, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Alemania. El CBD es legal en: Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Estonia, Finlandia (con receta médica), Francia, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta (con receta médica), Portugal y Eslovenia, siempre que tenga un contenido de THC inferior al 0,2 % (20).
En España las leyes actuales dicen que: el cannabis, su resina y los extractos y tinturas de cannabis, independientemente de su contenido en THC, tienen la consideración de estupefacientes, y su producción, fabricación, exportación, importación, distribución, comercio, uso y posesión debe limitarse a fines médicos y científicos (21). Y ello, a pesar de que distintos agentes internacionales como la OMS, a finales del 2020, hayan propuesto que los extractos y tinturas de cannabis que no contengan THC y los preparados de CBD que no superen el 0,2 % de THC, no deberían estar incluidos en la Lista 1 de la Convención de Estupefacientes de 1961, ya que no existen pruebas del uso recreativo, del potencial de abuso ni de ningún problema relacionado con la salud pública asociado al uso de CBD. En sentencias como la de “Kanavape” el TJUE concluyó que «el CBD controvertido en el litigio principal [esto es, CBD extraído de la planta de cannabis] no es un estupefaciente, en el sentido de la Convención Única». En consecuencia, en la medida en que el CBD no tiene la consideración de estupefaciente conforme a la interpretación del TJUE, la prohibición de comercializar el CBD legalmente producido en otro Estado miembro, cuando se extrae de la planta del cannabis en su totalidad (y no solo de sus fibras y semillas), constituye una medida de efecto equivalente a restricciones cuantitativas, en el sentido del artículo 34 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) (19).
En España, en la pasada legislatura, se presentó una propuesta no de ley para regular el cultivo del cáñamo industrial y la transformación de CBD en productos comerciales, dado que en la actualidad genera un volumen importante de negocio desde el punto de vista económico, propuesta que fue aprobada aunque quedó sin realizar la ley que la regule, pendiente de quién se encargará de esta competencia si el Ministerio de Agricultura o el de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios.
Conclusiones
Los retos de la vida actual nos someten en muchas ocasiones a situaciones en las que pueden aparecer estrés y ansiedad, que altere nuestro equilibrio y disminuya nuestro bienestar, y en estas circunstancias el CBD puede ayudarnos.
Numerosos estudios han puesto de manifiesto el potencial del CBD para mejorar la ansiedad, tanto en sujetos sanos como en los que presentan trastornos de ansiedad específicos. A nivel clínico, se siguen estudiando los mecanismos a través de los cuales actúa este fitocannabinoide para poder conocer así su verdadera eficacia en el tratamiento de estas patologías. Los trastornos de ansiedad deben ser tratados por un profesional especializado.
Todo lo que aquí está escrito, sobre las investigaciones relacionadas con estos productos, tiene un carácter meramente informativo y no pretende alentar su consumo.
Bibliografía
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18.- REGLAMENTO (UE) Nº 1307/2013 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 17 de diciembre de 2013 por el que se establecen normas aplicables a los pagos directos a los agricultores en virtud de los regímenes de ayuda incluidos en el marco de la Política Agrícola Común y por el que se derogan los Reglamentos (CE) nº 637/2008 y (CE) nº 73/2009 del Consejo. Diario Oficial de la Unión Europea. Artículo 32. Apartado 6.
19.- Chamorro A. A. La regulación del cannabis en España: de la Convención de 1961 a los CBD shops. Comunicaciones en propiedad industrial y derecho de la competencia. 2022; 96:179-197.
20.- Blebea NM. Legal status of Cannabidiol. Technium BioChemMed. 2022; 3(2):81-86.
21.- Ley 17/1967, de 8 de abril, por la que se actualizan las normas vigentes sobre estupefacientes y adaptándolas a lo establecido en el convenio de 1961 de las Naciones Unidas. Boletín Oficial del Estado, número 86. (11 de abril 1967).

